viernes, 4 de mayo de 2007

EL PUENTE

Este largo puente madrileño hemos tenido un tiempo endemoniado. Ayer en Sigüenza el día estaba desapacible y frío, con una lluvia molesta y pertinaz que no invitaba a las caminatas ni a la intemperie. Sin embargo el campo era un lujazo con sus nuevas ropas de color verde, jugoso y húmedo, cubierto de un cielo plateado y uno tenía la sensación de estrenar el mundo. Ahora que el mundo está recien pintado todo parece posible; la vida se insinúa, provoca, enseña sus encantos y se me olvida que estoy cansada. Esto no es serio, decididamente soy una mujer fácil. Quién sabe dónde habrán quedado mi hastío y mi desgana del post anterior. Trastorno bipolar creo que se llama lo mío. A lo mejor la cosa consiste en eso, en no esperar grandes locuras; a lo mejor ese trabajo tan aburrido y que me tiene tan harta me sirve, precisamente, para poder detenerme un momento sin agobios a mirar lo bonito que está el campo. Y para comprobar que la soledad no está tan sola porque uno tiene amigos con los que hacer unas risas y comerse unos huevos fritos. Y algunos, de repente, se hacen poetas. Y, sobre todo, la vida sirve para ¡al fin! querernos como es debido sin querernos todavía.

Cuando volví a Madrid me enteré de que en la plaza del Dos de Mayo, el 2 de Mayo se armó un dosdemayo de órdago a la grande, que la carga de los mamelucos del otro 2 de mayo, al lado de esto fue una gilipollez. Por un botellón de nada. Todo muy macarra y muy de aquí. También me he enterado de que la Pantoja, entre copla y copla, lavaba el parné de su Cachuli, que debía estar perdidito de mierda de tanto ir y venir en bolsas de basura.

Y me enteré de lo peor. Que la iniquidad humana no tiene límites y hay unos abogados que pretenden buscar una justificación a la mentira y a la infamia escarbando sin piedad en el dolor. Espero que ese juez tan calvo y tan serio y que lo está haciendo tan bien no permita semejante barbaridad.

Luego presenté a Cock a Jaime y Carmen, que están hechos dos soles. Jaime ya pesa tres kilos, el tío -un kilo en menos de un mes- y la gorda es una reinona que impone su autoridad a poquito que la dejen. Yo creo que me quieren un poco.