sábado, 15 de diciembre de 2007

TIEMPO DE MENTIRA

El cielo se disfraza de azul purísima para que nos confiemos, pero los termómetros de las paradas del autobús, a las nueve y pico de la mañana, marcan dos grados bajo cero; para mí, en estas condiciones, salir de la cama es una hazaña que roza lo heroico y no digamos poner un pie en la calle.

Ya están entrando esos días tan entrañables en los que nos ponemos como locos a organizarnos la vida de manera que nos quedemos sin un duro en el menor tiempo posible. Las calles de Madrid son un exceso de luces que nos deslumbran, que nos aturden, que nos ciegan para que no miremos hacia el interior de la realidad; ahora toca ser feliz, ya vendrá enero con la rebaja, como si la felicidad dependiera de la pasta que cada uno sea capaz de gastarse. En estos días nos incitan, todavía más de lo habitual, al consumo desaforado; a los niños los encandilan con unos juguetes carísimos que, para colmo, cierran las puertas al más mínimo atisbo de imaginación, que empiezan y acaban en sí mismos, que sólo sirven para mirarlos funcionar ellos solitos y, claro, la ilusión les dura menos que las pilas. Eso sí, aprenden a envidiarse desde la más tierna infancia. A los adultos nos obligan a regalarnos unos a otros mil gilipolleces para demostrarnos que nos queremos, parece que el cariño y la amistad se venden en El Corte Inglés.

Por otra parte, hay que acallar las conciencias enseñándonos la postal de la pobreza. Mil y una ONG's se asoman a la tele para mostrarnos la cara oculta del mundo, los niños prostituidos, los niños trabajadores, las enfermedades de los pobres y así, "por menos de lo que cuesta un café al día" nos podemos comprar el derecho al despilfarro.

Los políticos también ponen su granito de arena en esta descomunal estafa. Con la mirada puesta en el mes de marzo, resulta que to er mundo e güeno y se hacen la foto del bracete. Menos mal que la gente es lista y los dejó casi solos en la concentración del día 4. Espero que cuatro años de mentiras, de manipulaciones, de excesos y de mugre no se borren de la memoria con esta nueva mentira.

También desde la caja tonta nos ofrecen pasta que, con sólo una llamada, aparece en la cuenta corriente y las familias se endeudan hasta la asfixia mientras los beneficios de la banca engordan hasta el infinito.

Al mismo tiempo que nos abruman con el cambio climático, derrochan energía a manos llenas cubriendo las ciudades con millones de bombillas desde un mes antes de las fiestas; nos anuncian sistemas de calefacción que permiten estar en casa en pelotas en el mes de enero y refrigeraciones que obligan a ponerse una chaquetita en verano. No hay agua, pero el gobierno ¿socialista? de Aragón va a trasladar Las Vegas al desierto de los Monegros, una fastuosa macrohorterada que en el 2015 habrá traído veinticinco millones de turistas, más de la mitad de la población española.

En fin, que me ha salido un post raro, deslavazado y bastante triste.