lunes, 7 de abril de 2008

CHARLTON HESTON

Me he despertado con la noticia de la muerte de Charlton Heston, el mito erótico masculino de los últimos 50 y primeros 60, cuando se llevaba el hombre-hombre; su muerte me ha traido a la memoria los últimos coletazos de mi niñez y mi entrada en la adolescencia. Creo que la imagen del cuerpazo de aquel galeote sudoroso, con el taparrabos en el mismísimo borde de la lujuria, tuvo mucho que ver con mi despertar a las verdades de la vida. Recuerdo que por entonces estaban pintando la galería de mi colegio donde las alumnas, dispuestas alrededor, rezábamos algo antes de entrar a clase; luego desfilábamos en fila india entonando "Con flores a María" si era el mes de mayo o "Montañas nevadas" en cualquier otra época del año, y cada una iba entrando a su aula al pasar por la puerta. Pues uno de los pintores que le daban a la brocha era el vivo retrato del actor y supuso una revolución de codazos y risitas entre las chavalas. Más de una y más de dos pasamos de largo por la puerta de la clase para dar otra vuelta a la galería.

Hace unos años, cuando se puso de moda la cosa gay y cualquier artista que se preciara y aspirara a ser reconocido en el mundillo cool debía adornarse con una cierta aureola rosa, hubo un intento por parte de los gays de apropiarse de Ben-Hur como icono, al atribuirle una relación homesexual encubierta con Mesala, el amigo malo malísimo que le traiciona y que cuando está herido de muerte después de la mítica carrera de cuádrigas -Ben-Hur con caballos blancos, Mesala con caballos negros- le suelta aquello tan total de "aún queda aquí mucho hombre para odiarte".

Yo personalmente agradezco infinito al destino que esos dos pedazos de tíos jamás me dieran el disgusto de salir del armario y me permitieran alimentar el mito durante muchos años, justo hasta la patética entrevista que Michael Moore robó a un decrépito Charlton Heston, sin él saberlo, en "Bowling for Columbine", como presidente de la Asociación Nacional del Rifle. Porque este hombre, que en los años 60 se opuso a la guerra del Vietnam, y participó activamente en la lucha por los derechos civiles de los negros, en la última etapa de su vida levantó los brazos enarbolando un rifle y proclamó que sólo se lo quitarían de su cuerpo "frío y sin vida", para defender el derecho a la libre posesión de armas, que yo no sé para qué quiere nadie tener en casa un rifle o un colt del 38, con el miedo que dan esas cosas.

Después su memoria se perdió por los intrincados vericuetos del Alzheimer pero la mía, que todavía va tirando mal que bien, aún recuerda a una niña de colegio que cambiaba cromos de la película Ben-Hur y que vivió uno de sus primeros estremecimientos ante la visión de un condenado a galeras descomunal.