miércoles, 28 de octubre de 2009

¡¡¡AL ABORDAJE!!!

Teniendo en cuenta que el barco pirata navega con todo el velamen desplegado y le sopla el viento de popa, la velocidad de crucero viene siendo a toda máquina y el abordaje se producirá el próximo lunes 2 de noviembre, día de difuntos por más señas. Ya vislumbro las dos tibias cruzadas bajo la calavera y por más que yo levante la bandera blanca por proa me parece que esto no hay quien lo pare. Así que aquí estoy, confiando en que el Capitán Garfio tenga un buen día y me degüelle con cuidado y con misericordia, sin ensañamientos innecesarios. Mientras tanto vegeto tan ricamente entre la cama y el sofá; he leído de cabo a rabo los Papeles Inesperados de Cortázar; algunos de esos papeles son deslumbrantes -deslumbrantemente cortazarianos- y otros me han resultado un poco tochos, pero todos me han confirmado en la idea de que don Julio poseyó una de las inteligencias más preclaras del siglo XX y es uno de los más grandes escritores en lengua castellana; también he leído en tres días Vía Revolucionaria, la novela de Richard Yates sobre la que se basó el guión de Revolutionary Road; me ha gustado y ahora estoy con otra del mismo autor absolutamente demoledora: Las hermanas Grimes; he visto un par de películas en el cine -Despedidas, que es una gozada de sensibilidad y buen gusto japonés y El secreto de sus ojos, con un Darín madurito que mejora con los años- y varias pirateadas de cinetube, entre las que están la última de Woody Allen Si la cosa funciona, una vuelta a lo mejor del genio de Manhattan y la nueva ocurrencia de Tarantino Malditos Bastardos, que no tiene desperdicio; Me falta Ágora, pero me da mucha pereza no sé por qué. Hago algún recado por el barrio y me cruzo con los jubilatas que van a comprar el pan, muchos empujando las sillitas de sus nietos; es un regalo el otoño que tenemos este año. Algún día he hecho la machada de salir a comer o a tomar una copa con Fernando; "me saca", dice, para entretenerme y que me olvide un rato y yo me dejo sacar porque creo que él debe estar hasta los mismísimos de este plan que tenemos desde hace mes y medio, pero la verdad es que enseguida empiezo a revolverme en la silla o en el taburete de la barra; me duele, no encuentro postura y quiero volver a casa.

A mi madre le he dicho que me operan el martes, porque prefiero darle las cosas hechas y ahorrarle la preocupación de la espera, de manera que si esto lo lee algún pariente o amigo que tenga contacto con ella, ruego que no se vaya de la lengua, please. Porque resulta que lo mío es sólo una anécdota entre una larga serie de desaguisados que últimamente está cayendo sobre mi familia -todos relacionados con la salud- que es que parece que los astros se han alineado contra nosotros o que nos ha mirado el cíclope Polifemo con su único ojo vuelto del revés. Y lo que le pueda evitar se lo evito, que ya está bien a los ochenta y ocho años que cumple dentro de tres días, aunque ella sigue diciendo que tiene ochenta y siete. La pobre está desbordada y eso que no sabe de la misa, la media.

Pues eso, que ya está aquí. Y que agradezco a todos vuestros comentarios, que me han hecho reír, me han acompañado y me han tranquilizado a partes iguales. Y que es un lujazo teneros ahí. Gracias.