martes, 12 de julio de 2011

EL CRISTAL

Voy hacia ti con miedo,
presintiendo el cristal que nos separa.

Sé que está ahí,
que detendrá mi impulso de abrazarte,
pero aun  así me acerco por si hay suerte
y me vuelvo incorpórea y atravieso
la barrera de hielo que me quema.

Hace tanto calor en este invierno
que nuestras manos se han quedado mudas
y nuestra voz está paralizada.

Es necesario que una de estas noches
nos asalte una helada que nos funda,
que revienten las nubes,
que sobre nuestros cuerpos llueva a cántaros
y después la lujuria nos cobije.

Es preciso que el hielo nos abrase.