viernes, 2 de septiembre de 2011

POR SI ALGUIEN ME ESPERABA

Creo en ti,
anónimo enemigo o indescifrable amigo,
en todo lo que puedes hacer para cambiarme,
para secar al sol tanta tristeza que no tiene motivo y sí remedio.
(José Luis Zúñiga)



Sé que fallo mil veces cada día
a ti y a ti y a todos
los que de mí quizá esperaban algo
que no he podido dar
o no quise saber que lo esperaban.

Yo sé que casi nunca doy la talla,
que no estoy en el sitio ni a la hora
en que fuera mi abrazo necesario
y mi silencio se tornara sólido,
líquido o gaseoso,
pero diera calor a la tristeza
de todos los que amo,
y ni siquiera pueden sospecharlo.

Pero dejad que encienda un cigarrillo,
-uno más
y no sé ni me importa cuántos llevo-
y me sirva el penúltimo gin-tonic.

Prometo que mañana saldrá el sol
y una vez más haré buenos propósitos.