lunes, 1 de abril de 2013

EL CAMINO

Tengo aún muchas tardes que he guardado
(sin que lo sepa el tiempo)
donde el tiempo no llega a hacer limpieza.
(Manuel Cortijo Rodríguez. Memoria de lo usado)

Creo que he recorrido dos tercios del camino
-acaso más, quién sabe-,
lo que no ofrece duda
es que es mucho más largo
lo que he dejado atrás
que la exigua distancia que tengo por delante.

El último recodo
lo doblé hace ya mucho,
                                  sin embargo
afronto lo que queda
con con una extraña mezcla
de miedo y confianza,
sabiendo que me espera más dolor que alegría
pero sin renunciar a un minuto siquiera
del tiempo que me toca.

Porque soy la que soy por todas esas tardes,
madrugadas o noches
a las que no alcanzó la escoba de los años
y dejaron su rastro en mi memoria.

Y vendrán otros días,
armados con buriles de tristeza, de ausencias,
y quizá de algún rato parecido a la dicha
que grabarán más surcos en la piel de mi alma.

Para que cuando llegue al final del viaje
-que no puede estar lejos,
pues la cronología no gasta en miramientos-
sea un mapa de vida
con todo lo que guarda esa palabra.