lunes, 25 de noviembre de 2013

LOS FUERTES

Que los dioses nos libren de ser fuertes,
que no nos caiga encima el sambenito.

A los fuertes les toca servir de rompeolas
de todos los dolores; ya se sabe
que los dardos rebotan en su piel de elefante.

Se les puede ignorar o golpearlos
con las palabras o con los silencios.
Se les puede hacer daño sin peligro
ellos soportan siempre el aguacero.

No es necesario ni tomar en cuenta
su mínimo dolor ni su insignificante,
ridícula tristeza.

Incluso a veces pueden perdonarles la vida,
en un alarde de misericordia.


Yo tengo para mí que no es negocio.
En mi próxima vida
a ver si tengo suerte y nazco débil.