martes, 31 de marzo de 2015

UNA COSA BUENA

Es una buena cosa saber que existes
y meterme en la cama con tu nombre en los labios.
Es una buena cosa decirte que te quiero
antes de que me abrace la noche y su espejismo.
Es una buena cosa al despertar
sentir cómo me invade el ansia de tenerte.
Es una buena cosa que mi cuerpo
vuelva a vibrar tan solo con pensarte.
Es una buena cosa volverme otra vez niña
y esta sonrisa boba que veo en el espejo.
Es una buena cosa depositar en ti
tantísima a ternura que me sobra.
Es una buena cosa enamorarse. 

jueves, 26 de marzo de 2015

EL ÚLTIMO POEMA

El día que yo escriba el último poema
en él no se leerá la palabra tristeza
ni tampoco dolor ni soledad,
ni muerte ni amargura.

No estará la palabra
mentira, ni sinónimos
como falacia, engaño o mala baba,
que todas vienen a decir lo mismo.

No hablaré de memoria ni recuerdos
salvo para evocar instantes dulces,
que la vida me ha dado más de los que merezco
y me los sigue dando cada día.

En mi último poema hablaré de sonrisas,
de abrazos y de amigos,
de latidos que tocan
el ritmo de los cuerpos que se aman.

Hablaré de la gente,
de esa gente magnífica que ríe
contra todo pronóstico,
y hasta le planta cara a la miseria.

En mi último poema
contaré que la vida me regala momentos
que merecen la pena, que merecen
matar todas las penas.

Eso sí, será el último, después...
perdonarán ustedes que no cuente
cómo cobro la cuenta a mi pasado
que tampoco hace falta contar todo.

lunes, 23 de marzo de 2015

EL NOMBRE

Cuando el amor es digno de tal nombre
puede ser que el deseo se adormezca
en el cómodo lecho de la monotonía,
los cotidianos usos rutinarios
que matan hasta el fuego más potente
e incluso nos podrían empujar a otra lumbre;
resulta dolorosa la experiencia
mas se puede olvidar, cuando dos vidas
quieren recorrer juntas un camino
que a veces se hace demasiado largo.

Porque cuando  el amor es digno de llamarse
amor, cuando merece un nombre tan inmenso,
con los años el fuego se transforma
en tierna calidez, en compañía,
en sosegado aliento, confianza,
en cómplice caricia sanadora,
lealtad inquebrantable, abrazo mudo
e indulgencia con todos los errores.

Lo que no se perdona es el ataque,
el implacable juicio, ni la sorda
revancha de quién sabe qué agravios,
el desprecio, los gritos, el insulto,
el ansia irrefrenable de hacer daño
a quien comparte cama cada noche.
Porque eso no es amor ni lo fue nunca,
es algo que no sé cómo llamar,
habría que inventar otra palabra.

Alegrémonos pues, que nada hemos perdido.
Tan solo hemos dejado de engañarnos.

sábado, 21 de marzo de 2015

LA NOCHE

Y me coge un deseo de vivir
y ver amanecer, acostándote tarde,
que no está en proporción con la edad que ya tengo.
(Jaime Gil de Biedma)

Está loca la noche,
mi cuerpo no es consciente de los años
que dicen mis papeles,
o tal vez es que nunca han existido
los días de dolor y de penumbra
y está por estrenar,
tiene la piel intacta de una virgen
renaciendo de nuevo para amarte.

Broto de entre las ruinas; como las madreselvas
que crecen enredándose a la vida
yo me enredo a tus piernas y respiro
al ritmo que me marcan tu sístole y tu diástole
al oscilar el arco de tu pecho, 
desnudo y redentor,
tus dedos recorriendo mi columna
y contando mis vértebras.

No me importa si duermo o me desvelo,
no hay horas, ven despacio,
saborea este instante de ternura
que rescatamos ambos del desastre,
y ha sobrevivido a todas las mentiras.
Contra todo pronóstico, aún estamos vivos. 
El mundo no se acaba con la muerte
de aquel amor enfermo, equivocado.

martes, 17 de marzo de 2015

EL FANTASMA

De nuevo no me queda otra salida
que volver a agarrarme a tu recuerdo
para sobrevivir. Nunca has sabido
en cuántas ocasiones
acudí a refugiarme en tu fantasma.

Cada vez que la vida me enseñaba los dientes
y mira que lo ha hecho con empeño
vislumbraba tu boca en mi horizonte
sin que tú ni siquiera sospecharas
que me estabas salvando de morir.

Podía haber disuelto
mis penas en alcohol o en cocaína,
o regalar mi cuerpo
cuando era deseable
a otros cuerpos hambrientos.

Pero nunca lo hice, no sé cómo
aparecías siempre, inasequible,
a tiempo de sacarme del abismo,
a ofrecerme tu carne de utopía,
la humedad deliciosa de tus labios.

Y nos besábamos, vaya si nos besábamos,
me dormía contigo; de mañana
ya veía las cosas de otro modo,
ya podía enfrentarme
a todos los ejércitos.

Y fíjate qué cosa más curiosa
que nunca eché de menos
tu realidad tangible, tu presencia
en mi vida cotidiana,
solo quise quererte y te quería.

Y todavía hoy, que ya estás muerto,
otra vez sin saberlo,
sigues viniendo a mí cuando te llamo.

     

domingo, 15 de marzo de 2015

MIRADA

El día que dijiste 
nadietehabráqueridocomoyo,
tal cómo me mirabas,
aún me estabas queriendo.
No se puede mirar de esa manera
si no queda algo vivo.

Poco después no sé lo que ocurrió,
de pronto no existía nuestra historia.
Y no volviste a verme nunca más
tal vez por no mirarme
así, de esa manera.

NORTE-SUR

Porque también he perdonado
que alguna vez dejaran de quererme,
o he sufrido el silencio y la derrota.
(Teresa Núñez)


Porque así estamos hechos,
de éxitos y fracasos, victorias y derrotas,
ahora toca perder;
quizá no supe a tiempo que el amor
no era más que una guerra
con su propia estrategia, minuciosa y difícil,
un implacable juicio cotidiano
en lugar del remanso que soñaba.

Ahora me vapulea
un viento huracanado que tan pronto
me llega desde el sur como del norte
y me sacude el alma sin clemencia.

Desde el sur, la emoción irracional,
la tristeza sin causa confesable,
la absurda soledad, contradictoria
con el gélido cierzo
de la razón, que desde el norte sopla
cargado de argumentos concluyentes.

Y ya no sé qué hacer para encontrar
un mínimo equilibrio entre ambas partes.

Tendría que hacer algo, por ejemplo
caminar por el campo hasta perderme
donde se acaba el mundo,
regando con mis lágrimas las flores amarillas
que me encuentro a mi paso
y que brote una eterna primavera
o escribir con la sangre que me sobra
el poema más triste.

Pero no alcanzo nunca tan altos objetivos;
después de contemplar varias opciones
casi siempre termino,
irremediablemente, haciendo el tonto.


miércoles, 11 de marzo de 2015

ESPERA, AMOR

Espera, amor, no puedo.
Todavía no puedo refugiarme en tus brazos,
no quiero contagiarte mi amargura,
no quiero que me lamas las heridas
hasta que no estén limpias
del recuerdo letal de la falacia.

Quiero llegar a ti con el corazón puro,
intacto de rencores, y que corra
el agua putrefacta de mis lágrimas,
tanto tiempo estancada
hasta que brote clara, transparente,
libre de la ponzoña del pasado.

Quiero volver a ser la que yo era
hace solo unos años
—pocos para una vida—
antes de que mataran mi ternura,
mi deseo de amar y de entregarme al vértigo
de ser solo mujer enamorada.

Entonces sí, mi amor, si tú me esperas
me esconderé en tu cuerpo,
tus labios besarán mis cicatrices
cuando ya no me duelan,
cuando tan solo sean la sombra indescifrable
de un tiempo sin memoria.

Entonces sí, mi amor, si todavía quieres
recomponer los restos del naufragio,
tus manos vestirán mi piel desnuda
y borrarán las huellas de esos años oscuros
como si nunca hubieran existido. 
Contigo emergeré de mis cenizas.

lunes, 2 de marzo de 2015

RENDICIÓN


Siempre ganarás tú, es imposible
competir contra el hielo;
por eso me retiro, antes de terminar
aterida en un parque de extrarradio,
convertida en estatua cubierta de verdín,
sin nariz y sin brazos,
y en los labios un rastro de gorriones.
Me rindo, amor, tú ganas;
no voy a luchar más contra una piedra.
Tal vez aún esté a tiempo
de atravesar la niebla y salir a la luz,
aunque vaya descalza pisando la hojarasca
y me duelan los huesos y me cale la lluvia.
Tal vez pueda más tarde
calentarme los pies junto a una hoguera
acariciando a un perro
e inventarme una vida
donde no exista el reto ni la lucha
entre los que se quieren.