lunes, 5 de septiembre de 2016

EL TIEMPO

A mi nieto Álvaro, que algún día lo entenderá.

El tiempo es un concepto tan extraño
que corre más deprisa que nosotros
cuando más falta hace que se pare
y que nos dé una tregua
en la que remansar la soledad.

Esos días felices
que vienen a avivar nuestra ternura,
a arrancarnos sonrisas
y a pintar la tristeza de colores brillantes,
se marchan tan veloces
que apenas nos permiten disfrutarlos.

Son una suave brisa momentánea.
unas gotas de lluvia que refrescan
por un instante nuestra piel sedienta.

Luego llega de nuevo lo de siempre,
los días largos, tristes y vacíos,
inexplicablemente interminables,
las horas por llenar con algo que nos mueva,
con alguna emoción que nos despierte
de este letargo gris, de esta apatía.

De esta desconcertante sensación
de no pertenecer a ningún sitio.