martes, 4 de abril de 2017

CEGUERA

Esa expresión de miedo en tus pupilas,
esa perplejidad
que asoma entre tus labios,
esa ceguera -qué me está pasando-
para reconocer el rostro que se acerca.
Tú siempre fuiste un niño
y los niños no piensan en la muerte.

Y yo aquí tan inútil, sin encontrar palabras,
sin poder ofrecerte un clavo ardiendo,
y yo tan impotente
sin dar explicación a tus preguntas,
jugando a echar balones
fuera de los tres palos.

Y yo aquí tan absurda
como un pobre payaso en un entierro.