sábado, 9 de septiembre de 2017

DESORDEN

Si me llega la muerte y estoy sola,
recordad que la llave la tiene la vecina.
Disculpad si encontráis cierto desorden,
pero a veces me dejo llevar por la desgana.

Probablemente halléis sobre la mesa
las fotos de mis hijos y mis nietos 
-quién no ha sufrido nunca
alguna acometida de nostalgia-
un libro de poemas con versos subrayados,
un cenicero sucio y una copa
con un resto de hielo derretido.

Tal vez esté sonando 
el disco de Eric Clapton que escucho con frecuencia
mientras cierro los ojos y evoco aquel abrazo
que nunca adiviné que era una despedida.

Y si acaso encontráis en la pantalla
un poema de amor al que le falten
las últimas estrofas,
terminadlo vosotros. Es posible
que haya un final feliz en vuestros versos.