martes, 28 de noviembre de 2017

HAY QUE DESHACER LA CASA

Profano sin piedad tu territorio,
como un ladrón de tumbas
selecciono los cuadros que miraste
y veo a tu fantasma con los ojos cerrados,
escuchando la voz de María Callas
Regnava nel silenzio.

Las paredes desnudas me enseñan sin pudor
las miserias del tiempo, las sombras de tu historia.
Hay que pintar la casa, borrar huellas
de todo lo que fuiste. Tu recuerdo
de los últimos meses acude a mi retina
con nitidez de carne.

Y me recorre el cuerpo un calambre de muerte.

Verás, quiero decirte que he expoliado,
sin saberlo tus hijos,
la colección completa de Von Karajan,
las arias de María.
Cuando cierro la puerta me humedece la vista
una furtiva lágrima.