domingo, 16 de diciembre de 2018

LOS ÚLTIMOS VERSOS

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son los últimos versos que te escribo.
(Joaquín Sabina)
No sé si esto es amor o es una enfermedad,
si es una hermosa forma de locura,
si es un ingenuo truco, una forma infantil
de mentirme a mí misma
fingiendo que en mi vida estás presente,
una absurda entelequia
que me ayuda a creer que no estoy sola,
igual que si colgara en la percha del baño
un albornoz de hombre que engañe a las visitas.

Y a mí qué más me da cómo se llame
si el efecto es el mismo,
si te pienso, te invoco, te deseo
cuando escucho en la radio los desastres que ocurren,
cuando voy por el pan
y cuando hago la lista de la compra,
si a diario me arreglo como si fuera a verte,
si te encuentro en las notas y en los versos
de la canción más dulce, si un poema
puede abrirme una herida en el costado,
si miro los más bellos colores de la tarde
como si tú estuvieras y en voz alta
te pido que los mires con mis ojos, 
que los mires conmigo.

Pero habrá que aceptar cómo es la cosa,
que me he abierto en canal mi corazón cansado,
me he mostrado desnuda y vulnerable,
me he jugado la boca y he perdido.

sábado, 8 de diciembre de 2018

EL PRETIL

Asomada al pretil sobre el vadillo
—ese mismo pretil donde nos separamos
después de aquella noche que tú sabes—
contemplo las siluetas de los chopos desnudos
las copas de los pinos como una alfombra verde
y se llenan mis ojos de pasado.

La tormenta furiosa que de pronto
nos sorprendió abrazados
y convirtió la tierra rojiza del camino
en un río de sangre.
El pantalón aquel color naranja
que te gustaba tanto
se me pegaba al cuerpo. Y me besaste.
Tu camisa tan blanca y tus vaqueros
chorreaban igual que mi melena.
Recuerdo que los truenos rebotaban
entre los farallones y nosotros,
empapados y libres, nos reíamos.

Pero desde el pretil también vislumbro
jugando entre las rocas a unos niños
que podría ser yo con mis hermanos
o tal vez son mis hijos o mis nietos.
Y a mi madre de joven —¡tan hermosa!—
sus paseos feliz entre los pinos,
independiente y fuerte,
y más tarde, ya anciana, de mi brazo,
con sus pasitos cortos mirándose los pies
y sus ojos cuajados de memoria.

He comprado en la plaza margaritas
que he dejado en la tumba de mis muertos,
por ellos y por todos los amigos,
por todos los amores
que ya nunca me encuentro por los bares.

lunes, 3 de diciembre de 2018

LA AVISPA

Hay un dolor pequeño que me ronda
como ronda una avispa; yo procuro
hacer como si nada, como si no estuviese
zumbando alrededor de mi cabeza
—dicen que lo mejor es ignorarlas—.

No es un dolor muy fuerte,
—esos los reconozco desde lejos—,
pero sí machacón, perseverante,
apenas un pinchazo, una punzada
diminuta, la sombra de un recuerdo
que sin querer me lleva 
a tu boca, a tu nombre, a tu voz, a tu imagen.

Pero cierro los ojos un segundo,
le doy un manotazo al aire, miro el móvil,
enciendo una vez más
el último cigarro de la tarde.

No sé cómo matarla
sin despertar su ira; tengo miedo
de una reacción furiosa
que me clave hasta el fondo
el maldito aguijón que dejó a medias.

martes, 20 de noviembre de 2018

MIEDO

Se reflejó el terror en tus pupilas
como si en tus espaldas
se hubiera desplomado todo el peso del mundo
cuando yo osé decir lo que te dije.
Debí haberme quedado con la boca cerrada,
pero tengo una edad
que ya me dan vergüenza pocas cosas
y menos que ninguna, enamorarme.
Parecías rezar a ese improbable dios
al que deben rezar los condenados,
el despiadado dios de los ateos.

Si es el miedo a sentir lo que te aleja,
puedes estar tranquilo, que no intento matarte.
Refúgiate de nuevo en el silencio,
escóndete en la paz de la rutina
e ignora mi existencia. Solo te pediría
que nunca te arrepientas de aquel beso
ni lo arrojes al saco del olvido.

Puedes estar tranquilo, que no es a ti a quien amo,
sino al que yo soñé y puse tu nombre.

sábado, 17 de noviembre de 2018

EL BESO

No fue una evocación
de ningún otro beso del pasado
ni de ningún amor de adolescencia
en un cine de barrio.

Yo te besaba a ti, al hombre que ahora eres,
con tu historia completa,
con tu edad y tu voz, tu mirada y tu rostro,
el que tienes ahora, el que yo he conocido.
Yo besaba
un jodido imposible.

Te besaba mi lengua de ahora mismo,
lo que queda de mí, si vale algo.
No era la de entonces, te besaba
con todas mis derrotas licuadas en tu boca.

Y sí, me hubiera ido
por cualquier carretera secundaria
a perder los papeles en cualquier bar de pueblo,
a escondernos en un motel oscuro
donde te habría dado mis completas edades
como si todavía fuera joven,
como si aún mi cuerpo fuera hermoso.

Nos dijimos adiós, hasta mañana,
sabiendo que "mañana" es un concepto ambiguo
-va para cinco meses de aquella despedida-.
Luego quedó en mi boca un regusto salado
de saliva y de lágrimas.

martes, 13 de noviembre de 2018

MOMENTOS

Aquel silencio, amor, aquel silencio,
el que nos envolvió mirando al valle
en un atardecer del Alto Tajo
y que por no romperlo ni siquiera
decíamos te quiero.
Y ni nos dimos cuenta de que el frío
empezaba a atacarnos por la espalda.

Esas calles de piedra inverosímiles
bajo la luna llena, allí en Medinaceli,
donde apenas cabía nuestro abrazo,
escenario del beso que, guardado
durante treinta años, nos llenó de humedad
el tiempo y el espacio.

Y las noches sin luna de Sigüenza
en las que las que no cabían más estrellas
y nosotros buscábamos a Orión, a Casiopea,
a la Estrella Polar, a las dos Osas;
tumbados en el suelo huíamos del mundo
entre las luces de la Vía Láctea.

Me viene a la memoria una bola de fuego
que cegaba mis ojos
mientras se sumergía muy despacio
en el mar espectral de Cabo Home
en la hora más mágica; y yo solo quería
que todos los relojes se pararan.

Noviembre derramando sus colores
sin nombre en Wheaton Park,
el espejo del lago repetía los rojos,
los ocres, los naranjas y amarillos
y yo lloraba sin venir a cuento
por todos los dolores de mi historia.

Momentos que viví y ahora recuerdo
tras los cristales de mi habitación,
mientras fumo y escucho a Billie Holiday
y miro ensimismada la luz del bar de enfrente
como si fuera ahora y aún estuviera viva.

A DESTIEMPO

Apareces ahora, cuando ya este camino
se acerca sin remedio al último recodo,
cuando solo nos quedan los recuerdos
de lo que hemos vivido cada uno en su mundo.

No compartimos juntos el rumbo de la historia,
ni en las posguerras ni en las transiciones
ondeamos banderas semejantes,
no nos unió la cárcel ni los himnos
ni la derrota cruel ni la triste victoria;
habíamos nacido en trincheras opuestas
y yo llegué muy tarde a casi todo.

Tú no estabas entonces, cuando yo sucumbía,
cuando se abrió la tierra debajo de mis pies
aquel mes de septiembre del año de la Expo,
cuando me daba golpes de impotencia y de rabia
contra cualquier pared imperturbable.

Tú no estabas entonces y yo tampoco estaba
cuando toda la muerte se agazapó en tu cuerpo
y el miedo y la tristeza entraban en tus venas
en noches de hospital; tampoco eran mis besos
los que echabas de menos, ni mi mano en la tuya
tirando de la vida contra todo pronóstico.

Yo no tuve tu abrazo para que me abrigara
en mis noches heladas ni mi cuerpo recuerda
la huella de tus dedos arrancando gemidos
ni tu lengua lamiendo mis heridas antiguas.

No hay nada en la memoria que nos una;
ni una canción ni un beso ni un paisaje
ni los juegos de niños ni las noches
de amor enfebrecido de nuestros cuerpos jóvenes.

No hay nada que nos una en el pasado
y el futuro, ya ves, se nos escapa.

domingo, 21 de octubre de 2018

EL SUEÑO

Necesito decirte tantas cosas
cuando llega la fecha
marcada en el reverso de la vida,
la de caducidad de la esperanza,
y hay que tirarla al cubo, aunque parezca
que aún podría ser aprovechable
y me la coma en una de esas noches
que encuentro la nevera desolada.

Necesito decirte que fue hermoso
despertar cada día con tu nombre,
ser una adolescente al menos por un rato,
resucitar antiguas emociones,
que volviera a alumbrarme algún destello,
un sentimiento dulce entre mi carne rota .

Yo sé que aquí se muere
una historia que no llegó a nacer,
que a partir de ahora mismo ya no podré salvarme
acudiendo a tu imagen guardada en la memoria,
que volverá lo cierto, lo tangible,
la desnuda verdad sin horizonte.

Mi sueño está cansado de soñarse
una noche tras otra, escuchando la lluvia
o llenando el silencio de canciones
que nunca oímos juntos. 
Es un sueño gastado por el uso,
está lleno de arrugas y le duelen los huesos.

Porque también los sueños envejecen.
Y un día de repente se nos marchan
y nos dejan más tristes y más solos.

sábado, 15 de septiembre de 2018

MASOCA

Yo sé que me hace daño, pero busco tu nombre
como una pobre adicta que se inyecta
la imprescindible dosis de mentira,

como una masoquista que se enfunda
unos zapatos rojos de tacón imposible
y se cree por un rato más feliz y más bella.

Yo sé que es imposible, pero quiero engañarme
como si fuera un niño que ya no cree en los Reyes
y se niega a crecer y disimula.

No importa que me duela,
me han dicho que a los muertos
nunca les duele nada.

lunes, 27 de agosto de 2018

CUANDO LO PIENSO

Cuando pienso lo poco que me queda
—quiero decir, de vida que merezca tal nombre—
antes de que me invada una decrepitud definitiva
si la muerte no viene a remediarlo,
cuando lo pienso, digo, me reafirmo
en que no me interesa casi nada.

Diréis que soy un monstruo de egoísmo,
pero es que ya no creo en causas imposibles,
me hastían casi todos los discursos
y me importan un bledo las banderas
y las luchas estériles cargadas de soflamas
tan falsas y mezquinas. Solo quiero
ver crecer a mis nietos,
perderme entre las líneas de algún libro,
tomarme un par de copas con amigos
y, si fuera posible,
pasar contigo algunos buenos ratos
engañando a los años con las manos cogidas,
decir que nos querremos para siempre
—ahora que “para siempre” es un plazo tan corto—,
dejando las maletas olvidadas,
como si nada hubiera sucedido,
como si todo comenzara ahora.

miércoles, 22 de agosto de 2018

CONFÍA EN MÍ

Amor, confía en mí, yo te prometo
que no moveré un dedo para verle,
que no le llamaré, que ni siquiera
responderé si llama y borraré
su nombre del teléfono,
desviaré mi mirada de sus ojos,
taparé mis oídos a cantos de sirenas,
me cruzaré de acera si de lejos
adivino sus pasos acercándose,
me mudaré de barrio o de planeta
con tal de no encontrarle. Te prometo
que te voy a ser fiel toda la vida.

Pero lo que no puedo prometerte,
porque no está en mi mano,
es que no me reviente algo por dentro
y muera sin poder dejar de amarle.

HUIDA

Huyo de mí y de ti, de tu recuerdo
hacia lugares donde tú no existes
ni tu nombre está escrito
en una roca a punta de navaja.

Contemplo desde fuera las cumbres infinitas
coronadas de nieve inverosímil,
la espesura del bosque, la fragancia,
el verde innumerable y el silencio
que atruena en la memoria de un instante
vivido contra el mundo. Lo contemplo
como quien mira un cuadro en un museo.

Y te vuelvo a pensar, como si alguna vez
hubieras compartido conmigo esta belleza
cuando lo cierto es que solo te conozco
de bares de Madrid con luces indecisas
y murmullos de voces y de música,
cigarros en la calle y algún beso
que no va a ningún sitio.

En resumidas cuentas,
un amor que no sirve para nada,
salvo para saber
que contra toda lógica estoy viva.

miércoles, 1 de agosto de 2018

LA CITA

Llevaba dos semanas de dieta hipocalórica
y cien abdominales cada día;
se compró un modelazo
discreto e insinuante al mismo tiempo;
y cremas milagrosas que, según le vendieron,
dejarían su piel como la seda;
planchaban las arrugas, recobraban
la luz que hubo algún día en sus mejillas
y una mascarilla que, al quitarla,
se llevaba detrás todas las penas.

En la peluquería
le quitaron las canas y pintaron
unos rayos de sol en su flequillo
—en total, cuatro horas de tormento
y un enorme mordisco en su tarjeta—.

Tras una ampolla mágica de belleza instantánea
se maquilló con mimo, sin pasarse,
se puso un pintalabios resistente a los besos
separó sus pestañas una a una
y una sombra de ojos
como el cielo en un día de tormenta.

Renovó lencería por si acaso,
se hizo la pedicura
y se pintó las uñas de los pies
de color amapola. Y faltaba el perfume:
tenía que ser fresco, natural como el aire
después de haber llovido entre las jaras
y a la vez duradero.

El mensaje decía —Hoy no va a poder ser.
Me ha surgido una cena
con el mejor cliente de mi vida.
Cena de matrimonios,
sabes cómo funcionan estas cosas.

Un rojo corazón y el emoji del beso.

domingo, 29 de julio de 2018

QUÉ CULPA TIENES TÚ

Qué culpa tienes tú
de que yo le haya puesto tu nombre a mi vacío,
de que mi soledad se haya agarrado
a ti como si fueras
el clavo ardiendo, el árbol
donde poder ahorcarme dulcemente.

Y qué derecho tengo a perseguir tu rastro,
a echar de menos algo que no existió jamás.

Tendría que romper algún espejo
o cambiarme la piel igual que las serpientes,
mudarme de país, de mundo o de galaxia, 
para no preguntarme
dónde estás ni en qué piensas
y para no escribirte
un horrendo poema de amor desesperado
perdido en las hipérboles,
plagado de adjetivos y de adverbios
que no se corresponden
con una realidad mucho más cutre.

Tendría que morirme y reencarnarme
en una mujer cuerda,
con esa sensatez tan aburrida,
sin frio ni calor ni sobresaltos.
Y esperar a que llegue, definitivamente,
la paz del cementerio.

TE QUIERO MUCHO

Cuando me dices que me quieres mucho
pienso que está muy bien, que “mucho” ya es un límite,
y que ojalá pudiera quererte solo un poco,
cuarto y mitad de amor
en pequeños bocados, con prudencia,
no vaya a ser que luego
me duela demasiado el corazón
o me produzca insomnio si me empacho.

Lo malo es que no sé dosificarme,
yo no tengo medida en estas cosas,
querer o no querer —es la pregunta—
no sé si es poco o mucho, pero es todo.

Y lo que, por favor, te pediría
es que no me quisieras como hermano,
salvo que ese amor fuera
tiernamente incestuoso.

sábado, 21 de julio de 2018

CONSEJOS DE AMIGA

Pero cómo te atreves, pobre ilusa
a soñar ni siquiera que le importas
¿no comprendes que no eres enemigo,
que no puedes luchar contra una larga historia
de luchas, de dolores, de esperanzas
vividas entre dos codo con codo?

¿Qué a pesar del hastío y la rutina
y de la tentación escondida en tu rostro
que le pueda atacar de vez en cuando
son más fuertes los hijos
y los miles de años a su lado?

Te decía que no eres enemigo,
que en tu insignificancia, a ella
ni siquiera le inquietan tus abrazos
y puede permitirse un gesto de indulgencia.

Le ampara la hipoteca pagada con sudores,
el rincón de su casa, la cocina,
los guisos que le gustan y que tú desconoces,
los amigos de siempre y el árbol del jardín
que seguro plantaron muy pequeño
y que ahora ha crecido con sus nietos
y da sombra al pasado y al presente,
las noches de hospital,
la memoria común y los olvidos,
los miedos, las victorias y las muertes.

¿Tú pretendes luchar contra una vida?
Deja ya de creer en los arcángeles,
cómprate en Amazon un juguetito,
alquílate por horas un chulazo,
da lo mismo del Este o africano,
pero que sea guapo y cariñoso
y que tenga argumentos para hacerte creer
dos veces por semana que te quiere.

Ya está bien de joder con tus tristezas.

lunes, 9 de julio de 2018

SOBRE LA TIERRA

Te modelo a mi gusto como si fueras barro
(Vicente Martín)
Algunos días pongo los pies sobre la tierra,
dejo de levitar y me doy cuenta
de que he vivido fuera de misma
y de que tú no existes
tal como te imagino; no me piensas
y nunca has dedicado
ni siquiera un instante de tus noches,
antes de caer rendido,
a soñar que yo estaba a tu costado,
que jamás recordaste,
al entrar a ese bar que era tan nuestro,
el vino que bebíamos ni la canción aquella
que yo tarareaba tan mal y te reías;
supongo que tampoco
te asaltará el recuerdo de cómo, avergonzada,
ocultaba la cara en tu camisa
y te abría un botón y te rozaba
un beso pequeñísimo.

Pero qué culpa tienes de que mi soledad
tuviera que engañarse de algún modo.
He de reconocer que es imposible
que tú recuerdes nada, porque nunca
existió ningún bar para nosotros
ni una canción que uniera nuestras voces
ni un vino que mojara nuestros besos.

Simplemente no estabas, nunca estabas.

lunes, 2 de julio de 2018

DIGNIDAD

Después de pensar mucho he comprendido
lo que es la dignidad.

Dignidad, por lo visto, es asistir
digamos que al entierro de tu hijo
de riguroso negro,
tacones y un collar de perlas falsas.
Y no llorar; si acaso, 
enjugar una lágrima rebelde
antes de que humedezca las pestañas
y se te corra el rimmel.

Dignidad es contar a los amigos
que a él no le gustaba la poesía
que chocabáis en temas de política,
y os separastéis de común acuerdo,
y no reconocer, ni aun bajo tortura,
que te dejó por otra
más joven y más hábil en la cama.

Dignidad es no confesar a nadie
-ni siquiera a un psicólogo argentino-
que te mueres por él,
que no puedes dormir, que por las noches
te persigue su voz, su cuerpo, su latido,
que a veces en la calle
le confundes con un hombre cualquiera
que ves entrar a un bar o a una farmacia
y corres. Y te paras en la puerta
porque te está mirando como a una alucinada.

Dignidad 
es no decir te quiero a quien más quieres,
es mantener a raya la vida en lo correcto.
Dignidad es ser otra, amigos míos.


sábado, 30 de junio de 2018

DIÁLOGO

Al entrar en el bar te me acercaste,
me tomaste de frente por los hombros,
me miraste a los ojos y dijiste:
—¿Sabes que estás jodidamente guapa?

Se me paró el reloj. Y el calendario
retrocedió de golpe treinta años.

No me entendiste bien porque de fondo
lloraba Billie Holliday
pero dije bajito
—Será porque sabía que iba a verte.

jueves, 28 de junio de 2018

IDIOTA

Me dicen los amigos
que hay muchas formas de llenar el tiempo,
que me haga voluntaria —¡voluntaria!—
de alguna oenegé que se dedique
a salvar niños pobres, cocinando
en algún comedor de caridad,
administrar un banco
—ya sea de alimentos o de sangre—
acompañar ancianos
una vez por semana un par de horas,
visitar hospitales y regalar abrazos
para que alguien se crea que le quiero.

Algunos me aconsejan que me apunte
a una escuela de bailes de salón
o que cante en el coro de los desesperados,
que haga senderismo o que aprenda alemán
o, mejor, chino —dicen
que el chino es el idioma del futuro,
lo que no deja de tener su gracia—
o que practique yoga o sexo tántrico
para encontrar mi karma y mi energía.

Pero yo no hago nada de provecho
más que mirar sin ver al infinito,
más que pensar en ti como una idiota.

martes, 26 de junio de 2018

PATÉTICA

Se hace larga la tarde de finales de junio
como en esas películas que nunca pasa nada
y una espera, comida por el tedio,
que se besen por fin o que se olviden.

Ya se ha acabado todo, pero no han terminado
los años de propina. Pasaron muchas cosas,
demasiadas incluso y demasiado juntas
cuando apenas tenía la suficiente edad
ni las armas precisas para hacer frente a tanto,
ni a los crueles dolores ni a todos los caballos
que galopaban ciegos en mi pecho.

Me equivoqué mil veces, si a buscar
dónde enjugar las lágrimas,
dónde encontrar la cara más dulce de la vida,
se le puede llamar equivocarse.
Pero no me arrepiento ni siquiera de un beso
de todos los que eran para siempre.
Eternidad fugaz como esa lluvia
furibunda que deja la tormenta.

He llegado hasta aquí,
a transitar por este triste páramo
en el que a duras penas sobreviven
los recuerdos riéndose en mi cara.
Porque ahora me dicen que ya no tengo edad,
que es absurdo y patético
pretender ser feliz a estas alturas
y que no pierda el tiempo soñando tonterías,
que debía bastarme con mis nietos
si fuera una mujer como Dios manda.

martes, 19 de junio de 2018

¡OH QUÉ LUNA!

A mí me habían crecido quince años
casi sin enterarme, tu mostrabas
apenas diecisiete y una hombría
que quizá te venía un poco grande.
Pelegrinos lorquianos recorríamos
el sinuoso camino adolescente.

Desvirgaste mi boca como es propio
una noche de luna irrevocable; luego
sin consultar, la vida decidió por nosotros.
La mía se hizo añicos muy temprano,
la tuya resistía a duras penas,
pero siempre acechaba
el beso primerizo y otras cosas
que quedaron pendientes.

Lo sabíamos ambos aquel día
que el azar nos reunió con otra luna
en aquellas callejas estrechísimas.
Ya nos faltaba poco
para cumplir cincuenta y a la espalda
dos mochilas repletas de fracasos.

Y la noche acabó como debía,
disolviendo el pasado y las tristezas
en semen, en saliva y en sudores,
en besos y en tequieros a destiempo.

Fumando un cigarrillo preguntaste
que por qué lo dejamos cuando entonces,
y yo me puse cínica y te dije
que a mí también me habrías engañado
tal vez con la mujer con la que vives.

Y que casi prefiero ser la otra.

lunes, 18 de junio de 2018

MENTIRAS

Cuando aprenda a mentir le contaré a la gente
que no te echo de menos,
que ya no pienso en ti ni me pregunto
dónde andarán tus pasos ni en qué cuerpos
morirán tus abrazos,
que no sé si estás vivo ni me importa,
que es mentira que te haya dedicado
ni siquiera un minuto de mi sueño,
que nunca me fijé
en tu modo de andar, ni me di cuenta
de cómo me miraste
apoyado en la barra de aquel bar de Latina,
que jamás me dormí
abrazando desnuda a tu fantasma.
Es más, que no te amé, que solo fuiste
un juego entretenido. Y les diré también
que no volví a acordarme de aquel único beso,
que pasó por mis labios con más pena que gloria.

Pero eso, mi amor, será, como te digo,
cuando aprenda a mentir. Por el momento
más vale que me calle.

jueves, 14 de junio de 2018

lunes, 11 de junio de 2018

TATUAJE

A falta de tus brazos
me he tatuado tus versos en mi cuerpo.
Trepan como la yedra por mis piernas
y anidan en mi vientre
como si fueran pájaros heridos.

Algunos se me enroscan
con dos vueltas o tres en la cintura,
y una leve asonancia, apenas perceptible,
me decora el ombligo como un piercing.

Suben por mis colinas las estrofas
que me hablan de tu ausencia y brotan a su paso
adormideras rojas; me refugio
en deliciosas alucinaciones.

Otros versos dibujan la forma de tu boca
y el humo alejandrino de un cigarro.
se eleva hasta mis ojos. Escritos en mis párpados
hay dos endecasílabos con hermosas mentiras
y baja por mi espalda una interrogación
tan larga como el tiempo que perdimos.

lunes, 4 de junio de 2018

POR LO VISTO

Y me coge un deseo de vivir
y ver amanecer, acostándote tarde,
que no está en proporción con la edad que ya tengo.
(Jaime Gil de Biedma)

Por lo visto, mi amor, ahora ya no toca,
ya se pasó el momento de intentar otra vida
y debemos rendirnos sin presentar batalla,
asumir la derrota sin que siquiera quede
una huella en mi piel ni el rastro de tus dedos
ni el peso de tu cuerpo ni el sabor de tu lengua.

Pero cómo se olvida lo que no ocurrió nunca
si este sueño es más cierto que algunas realidades,
si ese abrazo que nunca pudimos regalarnos
es más tierno que todos los que fueron
verdad incuestionable, si es tu beso imposible
muchísimo más dulce, muchísimo más húmedo
que todos esos besos que he olvidado.

Si es tu voz la que escucho cuando solo hay silencio
en mi casa vacía, en mi cuarto desierto,
en mi cama sin ti cuando empiezo a dormirme,
dime cómo podría evitar que mañana,
cuando abra los ojos, sea otra vez tu nombre
la primera palabra que se asome a mis labios.

Por lo visto este mundo guarda dentro otros mundos
que se miran de lejos pero no abren sus puertas,
cada uno en su sitio sin osar cambiar nada
ni escalar ningún muro ni apartar los biombos
ni derribar barreras ni quebrar los cristales.
Apenas vislumbrarnos, esperar con paciencia
que se muera el deseo y llamarnos cobardes.

Además, por lo visto, no tenemos edad,
Ya no es momento, amor, y sin embargo
es ahora, de pronto, cuando estamos más vivos.